Las tropas del ejército del general Ballesteros,
terminaron por ocupar definitivamente Mijas en el verano de 1812, lo que ha
sido también recreado en esta localidad el pasado día 18 de septiembre. En
ella, de nuevo nuestro presidente Jesús Rivera ha dado vida de forma
extraordinaria al general Ballesteros, con su particular buena dicción y dotes
interpretativas. Ballesteros parecía correr por sus venas. Excelente también su
discurso a vecinos y tropas. Para los lectores que habitualmente nos siguen,
exponemos y damos datos sobre otro de los episodios en los que intervino
Ballesteros en la provincia de Málaga, en el año 1812: la batalla de Cártama,
sobre la que damos diversas claves, recordando que fue llevada al mundo del
cómic histórico por nuestro compañero Esteban alcántara, en 1996. También
queremos señalar, que la recreación histórica de la batalla de Cártama se ha
realizado con bastante acierto en estos tres últimos años, bajo la dirección de
la Asociación Málaga Recreadora.
Sinopsis del hecho.
El libro “Málaga frente a la Guerra de la independencia”, editado en 1996,
cita: “A lo largo de 1811, el general Ballesteros, con los 6.000 hombres que ya
tenía bajo su mando, trajo en jaque al sacrificado IV Cuerpo de Ejército
Imperial encargado de la defensa de Málaga y su provincia. La estrategia del
general español consistía en alternar ataques por sorpresa con oportunas
retiradas, procurando no poner en peligro su línea de abastecimiento con
Gibraltar. A principios de 1812, Ballesteros hizo creer a los franceses que
podía aparecer por tres localidades diferentes de nuestra provincia: Marbella,
Mijas o Alhaurín el Grande, obligando a actuar rápidamente al general Rey en
apoyo del gobernador militar de Málaga, el francés Maransín. Rey colocó el
siguiente dispositivo: en Teba, al 43º de Infantería de Línea, una batería de
montaña y los jinetes del coronel Berton. En Antequera, se apostó el general
Ormancey con el 1º Batallón del 58º de Línea y el 9º Regimiento de polacos.
Todas estas fuerzas unidas a las que guarnecían la capital malacitana bajo
Maransín, es decir, el resto del 58º Regimiento, cincuenta jinetes del 21º de
Dragones y la unidad afrancesada Regimiento Fijo de Málaga nº 6; sumaban un
total de casi 6.000 soldados. Con su habitual estrategia, Ballesteros engañó de
nuevo al francés Rey, que no pudo evitar el día 13 de febrero, que los
españoles tomaran Coín. Dándose cuenta que sus compañeros aún tardarían en
reaccionar, Maransin dejó como gobernador accidental en Málaga, al coronel
Lengrand, del 58º, y salió al encuentro de las tropas de Ballesteros. En
Alhaurín el Grande encontró Maransín al 58º Regimiento de Dragones, a los
hombres de Thyrel y a los polacos de Govarthy, que con las fuerzas de Maransín
sumaban un total de novecientos soldados, escasos para los 4.000 que
Ballesteros podría llevar a la batalla.
El general español se lanzó sobre Alhaurín el Grande defendido por el capitán Ricard, que gracias a algunos refuerzos pudo rechazar a los asaltantes.
El general español se lanzó sobre Alhaurín el Grande defendido por el capitán Ricard, que gracias a algunos refuerzos pudo rechazar a los asaltantes.
En el campo francés las
noticias continuaban siendo contradictorias, pues incluso se escuchaba que más
fuerzas españolas progresaban por la costa. Para prevenir ese riesgo, Maransín
hizo retroceder sus unidades hasta el Puente del Rey. Enterado que los polacos
de Milhaud marchaban en su ayuda, desconociendo el movimiento de fuerzas de
Ballesteros, y corriendo con ello grave riesgo de caer en una emboscada, el
gobernador francés tomó la determinación de que lo mejor era salir al encuentro
de las tropas del general español”.
16 de febrero de 1812
En lo táctico, y dado los efectivos que, divididos en las armas, contaban ambos
jefes, no hubo errores de relieve. Los españoles utilizaron la táctica habitual
de colocar las cuatro piezas de artillería que poseían en el centro para
diezmar a la infantería enemiga, pero Maransín salvó a su tropa de ese riesgo
gracias a las ondulaciones del terreno, y la artillería española no abrió la
línea francesa. Por otra parte, la posición estratégica de los napoleónicos en
el marco general de la operación, también era idónea, pues al sur y a la
suficiente distancia de Cártama, la columna procedente de Álora, cuyo
salvamento mediatizaba la idea de maniobra del general francés,
también
cubría ese objetivo.
Por
tanto, fue la infantería española, acompañada en las alas por la caballería, la
que arremetió contra la línea francesa, pues era a Ballesteros a quien le
tocaba despejar el camino ya que el tiempo iba en su contra. Pese a estar en
primera línea del ataque y realizar tres asaltos consecutivos, los españoles
fueron rechazados, no sin pérdidas importantes para los franceses. Allí cayeron
el comandante Thyrel y el capitán Ducasse, entre otros. Estos mandos eran
conocidos y muy estimados por sus subordinados, pues habían destacado en
diversas
operaciones
al oeste de la provincia de Malaga.
Lo
que vino a continuación se relata así en el libro “Málaga frente a la Guerra de
la Independencia”, de nuestro compañero Esteban Alcántara: “A las ocho de la
mañana la batalla estaba indecisa. Los franceses no podían pasar a la ofensiva
y los españoles no habían logrado abrir la línea enemiga. Fue entonces, cuando
haciendo un alarde de valor, Maransín se lanzó con la mitad de sus fuerzas a
capturar las piezas de los españoles; pero una bala destrozó una costilla del
general francés, haciéndole caer del caballo. Este hecho frenó el asalto de los
imperiales”. Por su parte, el libro “Málaga provincia francesa” de Alphonse
Grasset, cita: “Los soldados franceses que sentían la inferioridad numérica y
no estaban sostenidos más que por la intrepidez de su jefe, huyen y se retiran
precipitadamente, abandonándolo todo en el campo de batalla. El valiente
Maransín debe su salvación tan solo a la abnegación de dos criados que, con
peligro de
su
vida, "se lo llevan ensangrentado sobre los hombros".
Cuestión clave.
¿Cómo
Ballesteros con cerca de 4.000 hombres no rompió la línea francesa Maransín,
que no llegaba a los 1.000 efectivos? El terreno ondulado y una amplia vista
desde los observatorios principales de ambas fuerzas, pueden dar a las personas
que visiten la zona, una idea engañosa de la situación militar en aquel día, ya
que en esa fecha, esta parte del Valle del Guadalhorce se había convertido en
lo estratégico, en un peligroso juego de ajedrez, donde el ejército de
Ballesteros, pese a su superioridad numérica, tenía la permanente amenaza en el
costado izquierdo de su progresión por el camino de Alhaurín el Grande a
Cártama, de la brigada francesa del general Rey; es decir, sin las prevenciones
adecuadas con destacamentos de observadores avanzados a la izquierda, para los
españoles las fuerzas mandadas por Maransín podrían ser el yunque, mientras que
las de Rey tenían posibilidades de convertirse en martillo.
Creemos que, tanto por el número de bajas y por tener que cambiar el plan de maniobra, y por ende la iniciativa tomada, fue el ejército de Ballesteros el que fracasó en su intento, con la amenaza de que si hubiera puesto en fuga a las tropas de Maransín y las hubiera perseguido en el espacio geográfico entre Cártama y Puente del Rey, la división española se hubiera visto atacada por retaguardia por la brigada de Rey, consumándose una verdadera debacle para las tropas del general español.
Creemos que, tanto por el número de bajas y por tener que cambiar el plan de maniobra, y por ende la iniciativa tomada, fue el ejército de Ballesteros el que fracasó en su intento, con la amenaza de que si hubiera puesto en fuga a las tropas de Maransín y las hubiera perseguido en el espacio geográfico entre Cártama y Puente del Rey, la división española se hubiera visto atacada por retaguardia por la brigada de Rey, consumándose una verdadera debacle para las tropas del general español.