Nuestro “Regimiento de Infantería de Málaga” ha sido
invitado por la Asociación “Málaga Recreadora”, a la III Edición de la “Batalla
de Cártama”, evento al que este colectivo napoleónico ha dedicado trabajo,
medios y esfuerzos, en los últimos años, para mostrar de forma notable ante los
espectadores, en recreación histórica, el encuentro armado librado entre las
tropas españolas del general Ballesteros y el gobernador francés de Málaga,
Maransín, en febrero de 1812. Además, han tenido un gran protagonismo por su
buen hacer, recreaciones de, Algodonales (Cádiz), Camuñas (Toledo), Bailén
(Jaén), con sus unidades españolas y francesas, y grupos de guerrilleros.
Nuestra felicitación a “Málaga Recreadora” por esta página de nuestra historia
que cada año regala a los malagueños, y nuestro agradecimiento por el trato y
acogida que recibimos de todos sus integrantes. Más datos para los lectores que
habitualmente nos siguen, a continuación.
Sinopsis
del hecho.
El libro “Málaga frente a la Guerra de la
independencia”, editado en 1996, cita: “A lo largo de 1811, el general
Ballesteros, con los 6.000 hombres que ya tenía bajo su mando, trajo en jaque
al sacrificado IV Cuerpo de Ejército Imperial encargado de la defensa de Málaga
y su provincia. La estrategia del general español consistía en alternar ataques
por sorpresa con oportunas retiradas, procurando no poner en peligro su línea
de abastecimiento con Gibraltar. A principios de 1812, Ballesteros hizo creer a
los franceses que podía aparecer por tres localidades diferentes de nuestra
provincia: Marbella, Mijas o Alhaurín el Grande, obligando a actuar rápidamente
al general Rey en apoyo del gobernador militar de Málaga, el francés Maransín.
Rey colocó el siguiente dispositivo: en Teba, al 43º de Infantería de Línea,
una batería de montaña y los jinetes del coronel Berton. En Antequera, se
apostó el general Ormancey con el 1º Batallón del 58º de Línea y el 9º Regimiento
de polacos. Todas estas fuerzas unidas a las que guarnecían la capital
malacitana bajo Maransín, es decir, el resto del 58º Regimiento, cincuenta
jinetes del 21º de Dragones y la unidad afrancesada Regimiento Fijo de Málaga
nº 6; sumaban un total de casi 6.000 soldados. Con su habitual estrategia,
Ballesteros engañó de nuevo al francés Rey, que no pudo evitar el día 13 de
febrero, que los españoles tomaran Coín. Dándose cuenta que sus compañeros aún
tardarían en reaccionar, Maransin dejó como gobernador accidental en Málaga, al
coronel Lengrand, del 58º, y salió al encuentro de las tropas de Ballesteros.
En Alhaurín el Grande encontró Maransín al 58º Regimiento de Dragones, a los
hombres de Thyrel y a los polacos de Govarthy, que con las fuerzas de Maransín
sumaban un total de novecientos soldados, escasos para los 4.000 que
Ballesteros podría llevar a la batalla.
El general español se lanzó sobre Alhaurín el Grande defendido por el capitán Ricard, que gracias a algunos refuerzos pudo rechazar a los asaltantes.
En el campo francés las noticias continuaban siendo contradictorias, pues incluso se escuchaba que más fuerzas españolas progresaban por la costa. Para prevenir ese riesgo, Maransín hizo retroceder sus unidades hasta el Puente del Rey. Enterado que los polacos de Milhaud marchaban en su ayuda, desconociendo el movimiento de fuerzas de Ballesteros, y corriendo con ello grave riesgo de caer en una emboscada, el gobernador francés tomó la determinación de que lo mejor era salir al encuentro de las tropas del general español”.
El general español se lanzó sobre Alhaurín el Grande defendido por el capitán Ricard, que gracias a algunos refuerzos pudo rechazar a los asaltantes.
En el campo francés las noticias continuaban siendo contradictorias, pues incluso se escuchaba que más fuerzas españolas progresaban por la costa. Para prevenir ese riesgo, Maransín hizo retroceder sus unidades hasta el Puente del Rey. Enterado que los polacos de Milhaud marchaban en su ayuda, desconociendo el movimiento de fuerzas de Ballesteros, y corriendo con ello grave riesgo de caer en una emboscada, el gobernador francés tomó la determinación de que lo mejor era salir al encuentro de las tropas del general español”.
16 de
febrero de 1812
En lo táctico, y dado los efectivos que, divididos en
las armas, contaban ambos jefes, no hubo errores de relieve. Los españoles
utilizaron la táctica habitual de colocar las cuatro piezas de artillería que
poseían en el centro para diezmar a la infantería enemiga, pero Maransín salvó
a su tropa de ese riesgo gracias a las ondulaciones del terreno, y la
artillería española no abrió la línea francesa. Por otra parte, la posición
estratégica de los napoleónicos en el marco general de la operación, también
era idónea, pues al sur y a la suficiente distancia de Cártama, la columna
procedente de Álora, cuyo salvamento mediatizaba la idea de maniobra del
general francés, también cubría ese objetivo.
Por tanto, fue la infantería española, acompañada en las alas por la caballería, la que arremetió contra la línea francesa, pues era a Ballesteros a quien le tocaba despejar el camino ya que el tiempo iba en su contra. Pese a estar en primera línea del ataque y realizar tres asaltos consecutivos, los españoles fueron rechazados, no sin pérdidas importantes para los franceses. Allí cayeron el comandante Thyrel y el capitán Ducasse, entre otros. Estos mandos eran conocidos y muy estimados por sus subordinados, pues habían destacado en diversas operaciones al oeste de la provincia de Málaga.
Lo que vino a continuación se relata así en el libro “Málaga frente a la Guerra de la Independencia”, de nuestro compañero Esteban Alcántara: “A las ocho de la mañana la batalla estaba indecisa. Los franceses no podían pasar a la ofensiva y los españoles no habían logrado abrir la línea enemiga. Fue entonces, cuando haciendo un alarde de valor, Maransín se lanzó con la mitad de sus fuerzas a capturar las piezas de los españoles; pero una bala destrozó una costilla del general francés, haciéndole caer del caballo. Este hecho frenó el asalto de los imperiales”. Por su parte, el libro “Málaga provincia francesa” de Alphonse Grasset, cita: “Los soldados franceses que sentían la inferioridad numérica y no estaban sostenidos más que por la intrepidez de su jefe, huyen y se retiran precipitadamente, abandonándolo todo en el campo de batalla. El valiente Maransín debe su salvación tan solo a la abnegación de dos criados que, con peligro de su vida, se lo llevan ensangrentado sobre los hombros”.
Por tanto, fue la infantería española, acompañada en las alas por la caballería, la que arremetió contra la línea francesa, pues era a Ballesteros a quien le tocaba despejar el camino ya que el tiempo iba en su contra. Pese a estar en primera línea del ataque y realizar tres asaltos consecutivos, los españoles fueron rechazados, no sin pérdidas importantes para los franceses. Allí cayeron el comandante Thyrel y el capitán Ducasse, entre otros. Estos mandos eran conocidos y muy estimados por sus subordinados, pues habían destacado en diversas operaciones al oeste de la provincia de Málaga.
Lo que vino a continuación se relata así en el libro “Málaga frente a la Guerra de la Independencia”, de nuestro compañero Esteban Alcántara: “A las ocho de la mañana la batalla estaba indecisa. Los franceses no podían pasar a la ofensiva y los españoles no habían logrado abrir la línea enemiga. Fue entonces, cuando haciendo un alarde de valor, Maransín se lanzó con la mitad de sus fuerzas a capturar las piezas de los españoles; pero una bala destrozó una costilla del general francés, haciéndole caer del caballo. Este hecho frenó el asalto de los imperiales”. Por su parte, el libro “Málaga provincia francesa” de Alphonse Grasset, cita: “Los soldados franceses que sentían la inferioridad numérica y no estaban sostenidos más que por la intrepidez de su jefe, huyen y se retiran precipitadamente, abandonándolo todo en el campo de batalla. El valiente Maransín debe su salvación tan solo a la abnegación de dos criados que, con peligro de su vida, se lo llevan ensangrentado sobre los hombros”.
Cuestión
clave.
¿Cómo Ballesteros con cerca de 4.000 hombres no rompió
la línea francesa Maransín, que no llegaba a los 1.000 efectivos? El terreno
ondulado y una amplia vista desde los observatorios principales de ambas
fuerzas, pueden dar a las personas que visiten la zona, una idea engañosa de la
situación militar en aquel día, ya que en esa fecha, esta parte del Valle del
Guadalhorce se había convertido en lo estratégico, en un peligroso juego de
ajedrez, donde el ejército de Ballesteros, pese a su superioridad numérica,
tenía la permanente amenaza en el costado izquierdo de su progresión por el
camino de Alhaurín el Grande a Cártama, de la brigada francesa del general Rey;
es decir, sin las prevenciones adecuadas con destacamentos de observadores
avanzados a la izquierda, para los españoles las fuerzas mandadas por Maransín
podrían ser el yunque, mientras que las de Rey tenían posibilidades de
convertirse en martillo.
Creemos que, tanto por el número de bajas y por tener
que cambiar el plan de maniobra, y por ende la iniciativa tomada, fue el
ejército de Ballesteros el que fracasó en su intento, con la amenaza de que si
hubiera puesto en fuga a las tropas de Maransín y las hubiera perseguido en el
espacio geográfico entre Cártama y Puente del Rey, la división española se
hubiera visto atacada por retaguardia por la brigada de Rey, consumándose una
verdadera debacle para las tropas del general español.




















