Asociación Torrijos 1831       05/09/23

 

El pasado sábado, 2 de septiembre, tuvieron lugar en la localidad gaditana de Puerto Real varios actos para conmemorar el histórico Bicentenario de la batalla del Trocadero (1823-2023), cuya última acción decisiva tuvo lugar el 31 de agosto de 1823. Invitada por el Ayuntamiento de Puerto Real, la Asociación Histórico Cultural Torrijos 1831 acudió a la cita histórica, con su reconstrucción histórica del Regimiento de Infantería de Málaga, encontrándose con otras señeras recreaciones históricas de Andalucía, como Batalla del Trocadero (organizadora de la puesta en escena de la recreación histórica), de San Fernando; Resistencia por Algodonales, Batallion de Chasseurs de Montagne Pyreneens, Bailén por la Independencia y Málaga Recreadora. Tras un largo desfile por la zona del paseo marítimo, y las principales avenidas y calles de Puerto Real, las recreaciones históricas llegaron a la Plaza del Ayuntamiento, donde fueron recibidas por las autoridades del Consistorio, lo que relataremos en un próximo capítulo.

Antecedentes históricos.

Tras derrotar a Napoleón en Waterloo, las principales potencias europeas (especialmente, Austria, Prusia, Rusia y Francia), decidieron oponerse a cualquier atisbo del nacimiento de un régimen constitucionalista. En la Conferencia de Verona de 1822, la “glorificada” Santa Alianza encargó a Francia acabar en España con el régimen constitucionalista del Trienio Liberal, y devolver el poder absoluto a Fernando VII.
La nueva invasión militar de España la llevó a cabo un fortísimo contingente francés de alrededor de cien mil soldados, conocido como los “Cien Mil Hijos de San Luís”. Se le llamó así, porque el monarca que lo envió, Luís XVIII, exclamó desde la tribuna de la Asamblea Nacional francesa, en un arranque de unir la santificación con la justificación de la nueva guerra, para aprovechar y meter por el medio a un protagonista francés de las antiguas Cruzadas medievales: “Cien mil franceses están dispuestos a marchar invocando al Dios de San Luís (canonizado antecesor de Luís XVIII), para conservar en el trono de España a un nieto de Enrique IV (fundador de la dinastía borbónica en Francia, y por ende de España), y preservar aquel afortunado reino de su ruina y reconciliarlo con Europa”. En realidad fue para preservar el reino español bajo un periodo tiránico denominado “Década ominosa”, mantener a su pariente Fernando VII “flotando” en el absolutismo más rancio e injusto, donde eran práctica habitual los encarcelamientos, torturas y exilios, y llevar a la pena capital a una parte de los que se habían distinguido por la vuelta a nuestro país de los derechos de las garantías constitucionales. En la “Década ominosa”, el analfabetismo aumentó y la hacienda española quedó desnuda, incapaz de participar en los profundos cambios económicos de la época. Aquí, en vez del comercio exterior irrumpió el capital exterior y la subordinación. Además, durante cinco años, los españoles tuvieron que pagar todos los gastos del ejército francés que ocupó nuestro país.