Sólo con nuestros integrantes y medios, realizamos la primera
recreación de la batalla de Cártama al cumplirse su Bicentenario el 16 de
febrero de 2012, en los lugares geográficos más definitorios de la misma.
El 11 de febrero de 1812, el
ejército de Ballesteros ya había desencadenado su ofensiva en dirección al
valle del Guadalhorce, atacando en aquella misma tarde, a los polacos del 9º
Regimiento que defendían Álora. Los defensores fueron socorridos por la columna
de Bellanger, que decidió evacuar aquella plaza y llevarse con él a su
guarnición hasta Alhaurín el Grande, realizando esta marcha sin pérdidas de
efectivos.
Creyendo
el gobernador francés de Málaga, el general Maransín, que en su regreso esa
columna podría ser sorprendida, decidió salir de la capital para protegerla con
los escasos efectivos que tenía en esos momentos y los que pensaba reunir en
las siguientes horas.
El día 16 de febrero de
1812, las fuerzas del general Ballesteros se enfrentaron en las proximidades de
Cártama a las de Maransín. Las tropas regulares españolas sumaban un total de
3.000 soldados de Infantería y 250 de Caballería, a los que había que sumar las
fuerzas irregulares compuestas por 1.000 hombres a pie y 150 jinetes. Por su
parte, los franceses formaron una línea con 700 hombres del 58º Regimiento de
Infantería, 100 del Regimiento Fijo de Málaga nº 6 (unidad afrancesada formada
en su mayoría por malagueños de la capital a partir de 1810), 105 dragones del
21º Regimiento, y 20 escopeteros a caballo de la Costa y guías de Vélez-Málaga.
La desproporción superaba en 4 a
1 a favor
de los españoles, por lo que el propio Ballesteros al frente de sus tropas
realizó tres furiosas cargas que, sin embargo, fueron rechazadas con éxito por
los franceses. A continuación, los napoleónicos pasaron a la ofensiva. En esa acción, Maransín
fue herido de gravedad, por lo que los franceses iniciaron la retirada hacia el
Puente del Rey bajo las órdenes de Bellanger.
El
ejército de Ballesteros tuvo 720 bajas: 124 muertos, 476 heridos y 120
prisioneros. Por su parte, los franceses
perdieron a 150 hombres, de ellos 70 prisioneros.
La
batalla de Cártama dejó en entredicho la capacidad operativa y ofensiva de
Ballesteros, así como la falta de decisión y reservas que tuvo el general
español ante la amenaza que podía suponer la aparición de Rey y Ormancey, en
socorro de Maransín. Por su parte, éste, tras unos primeros errores de
estrategia debidos, sobre todo, a los correos que previamente interceptaron los
franceses, supo sobreponerse y emplear una adecuada táctica en el campo de
batalla frente a un enemigo que le cuatriplicaba en número, y luchar con mucho
valor personal.
La
batalla de Cártama, aparte de pérdidas superiores, supuso para Ballesteros no
poder tomar Málaga en aquel mes de febrero, teniendo la capital que soportar seis
meses más de ocupación.